Fulbo moderno

Entre las múltiples explicaciones que los medios han tratado de dar acerca de la actuación de Fabbiani, vistiendo el domingo la casaca de River Plate, ha faltado (creo yo), la más verosímil o al menos la que mas se acerca a la realidad.  Esto es que el delantero de River, a quien despectivamente llaman ogro, tanque y algún que otro alias aún mas cruel, es un jugador de potrero. Tal vez sea el último o al menos un exponente atemporal del potrero (o calle). Todos sin excepción, me refiero a quellos que tiene algo que perder opinando, han callado u omitido, el baldón que significa para ellos, el constatar que un jugador pesado, fuera del estado físico ideal en un atleta (no siempre en un jugador de fulbo), lento en sus movimientos (pero no en sus recursos), haya puesto en ridículo a jugadores que cumplen con las  exigencias del sistema y sus voceros, verbigracia: jugadores que corren, se hallan en excelente condiciones físicas y se ajustan a rajatablas a los dictados de entrenadores y periodistas.
La pregunta es: Que pasó en un rato de domingo con el fulbo moderno? que fué de él? no era que los jugadores de antaño salían a jugar despues de comer dos platos de ravioles? que no entrenaban? que eran lentos? No suena todo eso a la excusa que podría dar Fabbiani. La torpeza de casi todos los futbolistas, que sin embargo son aplaudidos por su entrega, su traspiración y sus rapidez, tuvo un momento de vindicta pública y desde luego el chiste fácil es que Fabbiani está gordo, porque se los comió a todos.