Thursday, May 08, 2008

La Experiencia





Las cosas que enseña el fulbo. Fuente inagotable de experiencias, un partido se convierte en una enciclopedia, sin quererlo, sin buscarlo, con el sólo trámite de yerros no queridos, goles no buscados, consagraciones de jugadores que lo merecen y reprobación de otros, que también lo merecen.
Acabo de ver River Plate vs. San Lorenzo por televisión (ya dije que lamento vivir a 700 kilómetros de la cancha) y he gozado de un match muy rico, en emociones, goles y comprobaciones.
Los equipos se paran en la cancha y uno piensa rápidamente que una vez que River se haga de la pelota, la tocará, profundizará cuando llegue el momento, los seudos güines, que son los marcadores de punta, tratarán de desbordar, tirarán centro atrás o a la carrera al área, en fin todo tan viejo como el fulbo mismo. Pero hete ahí que no pasa nada de eso, River corre, choca, pelea y tira centros a la olla. San Lorenzo aguanta, pelea y pega. Un momento aquí: siempre que uno juega sin chocar, al claro, dominando la situación de tenencia de balón es dificil disimular el juego brusco del contrario, pero si hacemos lo contrario, vamos al choque, al cruce fuerte, entonces, alguna que otra patadita se hace inevitable. Pero así todo, River acierta una cabeza o un centro al área y gol.
Primera experiencia: con todo el trabajo de la semana, con el uso que se le puede dar al cuerpo, estando de frente a la pelota que viene llovida, pierden los defensores y casi siempre. Entonces viene la consabida frase "que bien va fulano (delantero) arriba!" en vez de "que mal mengano (defensor) que no cuerpea, que no anticipa, que no salta".
San Lorenzo se las rebusca, no juega bien tampoco pero al menos trata de llegar por las puntas (una) y tiene dos centro delanteros temibles. Y fricción y roce y agarrón y te espero a la salida, el arquero cruza la cancha, no se sabe si para pelear o separar, Buonanotte se hace el guapo!? Segunda experiencia: si no sos bueno peleando, para que hacerlo? y entonces te das cuenta que dentro de la cancha no hay quien mande y ordene y afuera hay nerviosismo y descontrol.
El segundo tiempo trae lo mejor. Estúpida y arteramente Bottinelli pega un codazo, penal, expulsión y Abreu hace un gol. Como ya habían expulsado a Rivero, San Lorenzo se queda con 9 jugadores y perdiendo 2 a 0. Está todo perdido.Entra Rosales en River.
Tercera experiencia: nunca fue bueno sobrar en este juego, asi que poner un delantero mas, ganando 2 a 0, en casa y con dos jugadores de ventaja, suena a sobrada.
No se sabe como San Lorenzo podría remontar la situación, pero llega el clímax: Bergessio, el mejor delantero de la cancha, tal vez el mejor del fulbo argentino, tiene una oportunidad y no la desaprovecha. Todo el movimiento anterior a recibir la pelota, es un compendio de goleador, de jugador de área nato. Verlo acomodarse con un paso atrás para recibir perfilado, pegarle cruzado y salir gritando es todo uno.
Cuarta experiencia: elegir jugadores es lo único que hace la diferencia. Saber discernir entre los que realmente juegan al fulbo y los que juegan a la pelota, es la llave para entrar a ese mundo.
Lo que siguió fué antológico. Con el resultado 2 a 1 había que resolver el juego con penales, así que San Lorenzo cuidaba la pelota, se defendía tratando de tenerla y en campo contrario. Así fué que consiguió un córner y del envío vino un anticipo de Bergessio (tres cosas que conviene saber, jugar al claro, cambio de frente cuando todo el juego está en un lado de la cancha y anticipar) y gol y empate y chau River en la Copa.Faltan 15 minutos, sin embargo y tenemos 2 jugadores más y encima entró Sanchez (un chileno gambeteador y desaprovechado) así que podemos hacer dos goles más (que eran los que hacían falta, por la matemática de la Libertadores ) y entonces River, curiosamente, hizo en esos 15 minutos lo que debió hacer todo el partido, tocó la pelota, jugó de primera, desmarque y toque, lástima que hacia los costados, no hacia adelante. Aunque no lo crean, todo lo que corrió, metió y aceleró en tres cuartas partes del partido, no lo hizo en esos minutos.
Experiencia última: si en el vestuario o adentro de la cancha no hay quien te motive, te dé ganas de jugar y confianza para hacerlo es muy difícil ganar partidos o perderlos con la tranquilidad del deber cumplido.
Buenas Noches

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