Sunday, March 21, 2010

Competencia














En los años 60s del siglo pasado, el fulbo iba a empezar a cambiar tal y como lo habíamos conocido, es decir un juego de 22 protagonistas (11 de cada lado) y una pelota y un árbitro (ayudado por dos laisman) para dirimir las reglas. Eso adentro de la cancha, afuera había un masajista, un aguatero y un delegado y algunas personas (miles en el caso de los profesionales) mirando el desarrollo del mismo. De pronto alguien pensó que era mejor tener una persona con rango al mando de cada equipo, alguien que supiera del juego (?) y lo expresara gráficamente (?) así nació el Director Técnico, dudoso título, sobre todo para alguien que no dirige y no usa elementos. Entonces empezaron a sumarse al espectáculo, ya que no al juego, ex jugadores, estudiosos (?) libre pensadores y además los importamos (Feola, recuerdo ahora, un señor que tenía problemas digestivos y dormía sentado en el banco, Feola que durmiendo en el banco había dirigido (?) al Brasil campeón del mundo del año 1958) . Los mal llamados directores técnicos no podían hacer todo el trabajo (?) asi es que contrataron y los clubes pagaron, ayudantes del dt y para cuando estos se multiplicaron se necesitaron ayudantes de estos, espías de los otros equipos y algun que otro descubridor de potenciales cracks futuros. El puesto de masajista y de aguatero se fundió en uno sólo: kinesiólogo, al principio calculo que sin título y un ayudante (masajista). A medida que el juego se hacía cada mas exigente (es decir se corría mas) se necesitó un médico (traumatólogo al principio) y cuando se mejoró en el rendimiento (atlético, no de juego) entonces se incorporó a médicos nutricionistas, oculistas y podríamos seguir si no fuera porque la corporación médica inventó el título de médico deportólogo (lo que???) y ese se encargó de toda la medicina del plantel, claro que contratando clínicas en donde practicar todas las otras ramas de la medicina. Para no cansarlos con la enumeración, la última adquisición del fulbo (como negocio de unos pocos) fué el psicólogo, la sofisticación se había instalado definitivamente y nunca mas veríamos jugadores asustados (de salir a la cancha) depresivos, traumatizados, etc. El juego cada vez mas mecanizado y un montón de parásitos del juego alrededor. Todo lo que rodea al fulbo (salvo los espectadores, hinchas o no) no sirve ni sirvió para mejorar el juego, sólo sirvió para endeudar a los clubes que luego quedaron presos de la asociación que los nuclea y los medios de comunicación que los succionan. Si ustedes creen que esto es una exageración, les cuento: los jugadores se quebraban menos y no se golpeaban en la cabeza cuando no tenían un deportólogo (?) surgían naturalmente y hacían su carrera en las inferiores, sabían que comer y que tomar y cuando hacían un gol, saltaban y lo festejaban. No hay mas que ver las imágenes patéticas en la tv de jugadores saliendo a una cancha rodeada de humo y ruido con bebes en brazos y festejando los goles despojándose de sus camisetas (un psicólogo aquí).
Buen día










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