Monday, March 26, 2007

LA APRECIACION


Otras jornadas de fulbo. Viernes, sábado y domingo. Bazar persa y en liquidación.

Todo empieza con Chicago, que como todos sabemos andaba de mal en peor dirigido por el, mal llamado, técnico, que se fué. Pero ahora un mago del juego ciencia, un estratega de las posiciones defensofensivas metió mano y entonces como por arte de birlibirloque, Chicago vuelve al triunfo sobre Belgrano que sin lugar a dudas necesita rápidamente un émulo de aquel que ahora está en Chicago y así podríamos seguir ad infinitum Ahora bien como ustedes han deducido queridos lectores, si así fuere, si todos estos magos, estrategas, charlatanes de feria, sacerdotes de una religión arcana, tuvieran alguna incidencia en el juego de once contra once, con reglas preestablecidas y árbitros imparciales y tribunal de penas con los ojos cerrados y AFA dirigida por presidente elegido por elección democrática y secreta, entonces digo: a qué jugar partidos? Sería esto aburridísimo. Por suerte el presidente de AFA es un señor perpetuo elegido a dedo, el tribunal de penas y también el arbitral miden con vara extrema a unos (los más (chicos)) y chas chas en cola a otros (poquitisiiiiimos).Y por último, los mal llamados técnicos no tienen nada que ver en el juego (por suerte) y se gana y se pierde, se juega mal, muy mal la mayoría del tiempo y bien, nunca muy bien, contados minutos.
La cuestión es que Chicago ganó y Belgrano perdió.
El turno ahora para Arsenal vs. Racing. El partido fué agradable y eso se debe a Arsenal que sigue siendo para mí el que mejor juega al fútbol, de todos los equipos de este campeonato, inclusive mejor que Boca que tiene más individualidades. Arsenal tiene tal vez uno de los mejores medios del torneo, Ortiz y es muy ágil a la hora de atacar, abre bien el juego y no le teme a los referís, porque ganar como debió o empatar como sucedió con el árbitro que le tocó en suerte, acrecienta el valor. Racing tiene posiblemente el mejor delantero atacante del país, Bergesio y un chiquitín, Moralez, movedizo, hábil y encarador pero no se puede hacer mucho con un mediocampo endeble y una defensa débil.
Estudiantes volvió a ser el equipo campeón del campeonatito pasado. Le ganó a Rosario Central y la diferencia exime de mayores comentarios, sobre todo porque no lo vi., como tampoco vi Vélez vs. Colon que empataron Y para cuando la salida? con declaraciones de “no tuve tiempo”, “me faltó trabajo” y otras sandeces por el estilo, de Falcioni, el mal llamado técnico de Colón?. Sigue de fracaso en fracaso, pero lo contratan otra vez. Digo, si es cierto que los mal llamados técnicos, tienen injerencia en el juego y resultado de un partido de fútbol, a que se debe que los clubes sigan contratando a los mismos fracasadores para repetir el fracaso y contratar a otro y así hasta el día del juicio final.
Un poco del Nacional B. Rivoira, mal llamado técnico de Chacarita, declara al terminar el partido que el equipo que él cree dirigir, jugó contra Ferro en cancha de éste, que a él le da risa que los locales lo puteen, le coloquen un cartel tratándolo de traidor y no se que otras cosas, porque no conozco los motivos. Pero el señor Rivoira dice y el periodista que lo entrevista le cree que a él no le importan los insultos, que le dan risa, que él se debe a Chacarita y no piensa en otra cosa, hasta que lo contrate Defensores de Cambaceres y lo puteen y lo traten de Judas los de Chacarita y declare Rivoira que el se debe a Cambaceres y así eternamente mintiendo. Por suerte la gente no le cree y lo tratan de traidor.
A las 2 de la tarde, horario cursi, si los hay, para jugar al fulbo, Banfield le gana a Gimnasia de la Plata sin sobrarle mucho. Lo sabroso de este partido es que en una acción de juego donde sancionan penal en el área de Gimnasia, la cámara de televisión desnuda a los televidentes que no parece haber falta. El penal es pateado y convertido en gol y entonces la misma cámara enfoca al mal llamado técnico de Gimnasia hablando con el linesman animadamente. Se le pregunta al cronista de la cámara el motivo de la charla. El cronista cuenta que el le avisó a Troglio, tal el nombre del, mal llamado, técnico de Gimnasia, que no era penal. A decir verdad el cronista le mintió a Troglio, confundió a la gente y violentó una jugada común del juego del fulbo: El penal. Hecho que sanciona el referí de un partido, si aprecia, favor de repetir 100 veces el término, si aprecia alguna penalidad sobre el atacante de parte del defensor. Entonces señoras y señores fué penal, lo cobró el referí, fue penal. Luego, todos nosotros apreciamos por TV que no lo fue, pero no arbitramos el partido.
El plato fuerte de la jornada fue San Lorenzo vs. Independiente.
El, mal llamado, técnico de San Lorenzo, Ramón Díaz entiende el juego, tiene, lo que llamamos, “Vestuario”, nada puede hacer para ganar o perder partidos, de eso se encargan los jugadores, pero ayuda con algunas pequeñas acciones que se convierten en importantes. La mayor de todas: la camiseta 9 para Fernández (favor de omitir su desgraciado alias) hábil, ligero, vivo, convirtiéndolo en el jugador estrella del equipo. Jugar a la ofensiva, tratar de ganar y aprovechar la enorme experiencia de gran jugador volcándola en sus players son sus virtudes.
El, mal llamado, técnico de Independiente por el contrario, parece no entender el juego o estar condicionado de alguna manera. Los cambios introducidos son el paradigma del desconcierto y el temor a no perder, que se convierte, ya lo sabemos, en perder, precisamente. Terminó el partido con Denis, Machin y Herron, afuera estaban Montenegro (pareció mas una deserción que lastimadura) Fredes (buen pichón de jugador) y el mejor jugador de Independiente, Pusineri que en la calentura del cambio hizo lo que todos los jugadores debieran hacer: Hacerle saber a ese señor que no juega, que los 11 de adentro siempre serán los que ganen o pierdan los partidos, para que necesitan uno más, afuera, bien vestido y con pensamiento de dictador?
De River, nada he de decir, no he de hacer leña del árbol caído, aunque sabemos que leña se hace precisamente del árbol caído.
De Boca menos. En el primer tiempo, bien jugado por su rival Godoy Cruz, alcancé a ver en la televisión, como un jugador local entrando al área de Boca era derribado por un defensor auriazul. Nada se cobró. El referí no cobra penal. Y seta bien. Aprecio el sr. árbitro del régimen, que el que caía, era un jugador desconocido ante un marcador de un equipo de los llamados grandes. La apreciación entonces se convierte en aprecio por los poderosos. Y está bien. Que quieren que haga, me está mirando el ojo de fulbo de primera, mi hijo que es fana de Palermo, mi hermana que tiene como diez autógrafos de Guillermo, Román y algún otro y el domingo que viene tengo que dirigir otra vez en la Capital.

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